El Sitio de mi Recreo

... Bitácora de Guajuca ...




Últimamente sólo escribo cuando llueve... es como si las gotas me posaran las palabras en las manos... un chaparrón de letras sin orden ni concierto... Y yo sin paraguas a juego con las katiuskas, porque jamás entendí de moda ni de modales...


Me pesa la lluvia en la chaqueta, en los rizos y en los zapatos... he salido a chapotear en los charcos sin chaleco salvavidas ni bombona de oxígeno colgada en la espalda... pero me he puesto las gafas de bucear y unas aletas azul marino...
28, 29, 30 segundos de apnea!!... Se arremolina la gente a mi alrededor y aplauden cada vez que asomo la cabeza y echo agua por la boca...
Me gustaría tener escamas y no dejar nunca de nadar... tener más agallas y ser más escurridiza... pero para surcar los charcos no te piden requisitos ni experiencia previa alguna... y yo en los cursillos de verano siempre quedaba de las primeras...
Alguien me tiende una toalla rosa chicle, y salgo sin prisa del agua ante una gran ovación... recojo mis enseres y doy por terminado el espectáculo...
Las señoras vuelven a la cola del pan y de la frutería, y el repartidor de la leche se abre paso entre la marabunta a golpe de cláxon...
Cada mochuelo a su olivo, mientras yo me tiendo a secar en la nevera, junto a la mantequilla...


Y no me crees cuando te digo que me levanto a las seis de la mañana para avisar a los vecinos, puerta por puerta, de que hoy va a llover... los aviso para que salgan con sus paraguas, botas de agua e impermeables, y no les pille por sorpresa la lluvia al salir del ascensor en traje de baño... Cosas más raras se han visto...


Pero es que a los días grises, con cielos plomizos y nubarrones, hay que ponerse a pintarlos de mil colores antes de que nos engullan y nos tumben en el suelo a verlos pasar con esa sensación de vacío y ese nudo marinero en la boca del estómago que nos deja aniquilados... Y tú me llamas idiota cuando te cuento estas cosas, pero te ríes... y yo me río de que te rías y... en fin...


El próximo día de lluvia, cuando me lluevan las letras en los dedos de las manos, escribiré otra locura, pero esta vez en tu piel... alrededor de tu ombligo...
Ya dije que nunca tuve modales, aunque sí maneras...
(compulsivamente)

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