El Sitio de mi Recreo

... Bitácora de Guajuca ...



Los días comienzan mucho antes de lo que pensaba...

Es noche cerrada y llueve a mares... me pregunto con qué sueñas a estas intempestivas horas mientras yo disfruto caminando por las calles desiertas de mi ciudad... Me gusta... es como sentirse por un instante la última habitante del planeta... y juego a no pisar las baldosas rojas ni las alcantarillas... y sonrío triunfante, porque sé que no habrá nadie para llamarme tramposa si mi dedo gordo del pie se pasa de listo...

Llego a la cafetería de la estación con los zapatos empapados y enciendo un cigarro para secarme por dentro... La chica de la nota entre la taza y el plato del café ya no trabaja allí... Mejor... mucho mejor... quizá se cansó de estar siempre triste y se fue... En su lugar hay un chico que hunde sus dioptrías en mi escote... Me apetece echarle el humo del cigarrillo a la cara y decirle que te folle un pez, pero no me da tiempo porque los maquinistas son escrupulosamente puntuales... como yo cuando no tengo prisa...

El tre_n_n_n_n, a pesar de ser el mismo de siempre, me parece distinto... sobre todo ahora que sé que existen otras nueve paradas más allá de la comisura de tus labios... Nueve paradas... estamos a tan sólo nueve paradas!!... y tú duermes mientras yo intento cogerle el ritmo al día para no caerme de bruces...

Y paso por tu ciudad a oscuras... con sigilo, por debajo de tus pies... Me acerco al cristal de la ventanilla como para distinguirte de entre la nada... pero afuera está lloviendo y un opaco y negro telón me impide ver a dos metros de mis narices... Se deshacen mis muecas en el vaho del cristal y vuelvo a acurrucarme en mi asiento...

Un día nos iremos a tomar todas las copas de helado del mundo para llevarnos a casa todas las sombrillas de colores y las bengalas... todas las bengalas!!... así, cuando yo pase por delante de tu casa en plena noche, podrás encender una para poder distinguirte entre las sombras del otoño...
-Que tengas buen día, me dirás mientras agitas la mano en alto... y entonces, yo le lanzaré un beso al aire para que el viento lo pose en tu frente...

Después volverás a la cama, y siguirás durmiendo... y yo, caminito del trabajo, resguardada de la lluvia y de la vida en este aburrido tren, me preguntaré con qué sueñas a esas intempestivas horas de las noches en las que quisiera amanecer contigo, después de haberme pasado la noche entera enredada en tu cuerpo, cosiéndote la piel a besos y marcando los territorios conquistados con sombrillas de colores...



...tarare-ando ...

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