El Sitio de mi Recreo

Hace justamente ahora 2 años, estaba en Granada... me acordé antes de ayer... Tú estabas encuadernando tu proyecto fin de carrera, junto a Francisco, un chino que hablaba andaluz cerrado (tiene guasa) y yo salí a fumarme media cajetilla a cinco grados al sol (tiene guasa también)... y allí estaba la floristería, con la onomástica en una pizarra a la entrada... Sta. Lucía... Me pareció fantástica la idea... En realidad Granada y absolutamente todo lo que hay en sus calles y sus gentes, siempre me ha parecido maravilloso... es una cálida mezcla de magia, sueños e ilusiones incesantes... aún estando, como estaba aquellos días, en la cuerda floja...

Ayer, cuando salí del trabajo, volví a acordarme de mi pedacito del Sur...

Esperaba el autobús al abrigo de una noche fría y estrellada, con un aire tan gélido, que podía cortarse con un simple movimiento de pestañas... A 6km de la ciudad pueden verse todas las estrellas... Y justo cuando estaba llegando el bus y ya había conseguido distinguir a Casiopea, de pronto, una estrella fugaz atravesó el firmamento... Pide un deseo, pide un deseo... Y así lo hice, con una gran sonrisa desbordándose en la comisura de los labios...

Hacía exactamente dos años que no veía ninguna... desde aquella noche en la playa de La Herradura, en la que conté 5, mi número mágico... eran restos de gemínidas... Conté alguna más por el camino de vuelta a Granada, mientras Ismael Serrano y James Blunt me lanzaban piedras directas al corazón dentro del coche...

Cuando me bajé del bus, allí estabas tú... en mi camino!!... No hizo falta cruzar los dedos esta vez para tropezarte... bastó con mirar al cielo...

Se ha cumplido mi deseo, se ha cumplido mi deseo, me decía triunfante mientras nos tomábamos unas sidras con el resto de la gente... pero es que no te imaginas lo que me gusta tenerte cerca...

A la próxima estrella fugaz que vea pienso pedirle que nos llevemos bien y seamos capaces de mantener mil conversaciones a solas, incluso que nos apreciemos... Después ya sólo habrá que sacar las armas de seducción, que en mi caso suelen ser las palabras...