Sigo Siendo una Blandengue
Dimes y Diretes 15.8.07 by GuajuOdio las tardes de los días de fiesta porque son tan opacas como las tardes de domingo...
Llevaba dos sombreros de paja y una pluma de gaviota en las manos, porque venían de ver el mar... Iba enfadada... tan enfadada que ni siquiera la oí hablar en todo el trayecto...
A su lado alguien le suplicaba una explicación, mientras le pedía perdón e insistía en que le contara qué le pasaba... Le acariciaba la mano con cariño, buscándole los ojos...
Yo intentaba disimular en el asiento de al lado haciendo sudokus y maldiciendo a la cuadrilla de señoras que me hacían perder el hilo de la conversación... Sólo escuchaba palabras sueltas entre parada y parada... y, a apartir de ahí, invéntese su propia historia, oiga...
No había respuesta alguna por su parte... sólo silencio... un silencio tan atroz que ni siquiera me atrevía a moverme...
Sacó el móvil y escribió durante un buen rato... después se lo pasó, y hubo más silencio aún... a mí ya no me quedaban más uñas que moderme... qué tensión...
Llegó la parada... su parada... se bajaron... De espaldas ya no había duda alguna... había acertado... sonreí... Por fin se había activado y funcionado con éxito ese "misterioso" sentido que dicen que tenemos entre nosotras...
Sí... allí estaban las dos... una frente a otra... Le acarició la mejilla, le quitó los sombreros de las manos y la besó en los labios... en medio de la calle... entre la gente... en el centro del mundo...
Arrancó el autobús y las perdí de vista, dejándolas dentro de su burbuja, bajo un cielo anaranjado y moribundo, maldiciendo las tardes de fiesta, donde únicamente las parejas se pueden permitir el lujo de pagar por un trayecto con final feliz...
Odio las tardes de los días de fiesta porque son tan opacas como las tardes de domingo...
donde únicamente las parejas se pueden permitir el lujo de pagar por un trayecto con final feliz...
tan cierto...como los días como hoy, que a las nueve de la mañana la ciudad todavía está oscura, que el frío se cuela por todos los rincones y la lluvía cae sin descanso apagando hasta los acordes de las canciones tristes que no hacen más que ayudar al disfraz de un miércoles que ha decidido que hoy se pone de domingo...
un abrazo!
(lo sé, hacía mucho que no pasaba por aquí...mis disculpas)
Las últimas veces no me ha permitido dejarte ningún comentario. A ver qué tal hoy...
Me encanta leerte, guajuca.
Un besazo.
Pipi