Tengo la rutina tan pegada a mi sombra, que puedo sentirla morderme los dedos de los pies...
Odio las cosas lineales... como saberme la vida a cualquier hora que pregunte...
Por eso necesito un golpe de suerte -de buena suerte, a ser posible- que llegue así, de pronto, como un vendaval, poniéndolo todo patas arriba... dejándome desconcertada, sin saber dónde poner los pies... Y es que una vez que te acostumbras a hacer puenting de hora en hora, se hace raro no sentir la adrenalina dando saltos en la boca del estómago.
Quiero sorprenderme... dejarme llevar... sentir intensamente... inconscientemente... Pasar las cosas por la cabeza lo estrictamente necesario para que el aclarado y centrifugado no estropée la magia del instante...
En realidad no pido tanto, pero lo pido tantas veces, que puedo resultar cansina... hasta eso se ha convertido en algo rutinario...
Pero pedir no es sinónimo de exigir, y menos aún de esperar nada a cambio... La vida me lo ha enseñado destrozándome las alas y partiéndome los sueños a machetazos... y a base de soñar ser quién nunca seré, acabé siendo quien soy: un trozo de materia informe a medio camino entre el sueño y la desesperanza.
Y en medio de todo este tedio y abulia emocional, de repente, apareces tú doce años después, con esa sensación única que sólo provocan ciertas personas con magia, que es como de haberlas visto el día anterior... Y me apetece contarte mi vida en verso, y que me resumas la tuya entre botellas de sidra y mejillones a la marinera...
... un golpe de buena suerte... soñar de nuevo... sentir intensamente ...
Y mientras nos ponemos al día, yo sonrío y me entran ganas de besarte, que me abraces o me cojas de la mano... Puede resultar extraño, pero es que contigo me he tomado los ginctonics más dulces de mi vida... Es lo que tienen las personas especiales: tienen el don de transformarlo todo, incluso las amarguras... Y confieso, pero sólo lo haré una vez, que si alguna vez me soñé en familia, fue con alguien como tú a mi lado...
Pero la noche se va, y tú con ella... y vuelvo a mi vida sin ti... echándote de menos sin echarte de verdad... Y se va la magia hasta que vuelve a sonar el teléfono y me tiembla el pulso... y entonces recuerdo lo mucho que me apetece besarte y abrazarte... Pero puedo vivir... soy capaz de sobrevivir sin ti... eso es lo que me hace dudar...
Quizá todo esto no sea más que una simple ilusión, o estas ganas locas de ser cómplice de alguien... demoler esta rutina de soledad... No importa... a estas alturas todo el mundo sabe que soy la reina de las desilusiones... siempre es lo mismo... Puta rutina!!
0 Responses to “Déjenme Soñar... es Gratis”