El Sitio de mi Recreo

Me duele todo... me dueles en lo más hondo, donde no llegan los analgésicos a aliviar el dolor... y ni siquiera tengo fuerzas para verte seguir el viaje despidiéndote desde el andén... Es tarde... demasiado tarde para largarse como si aquí no hubiera pasado nada, pero no logro seguir tus pies... no consigo cogerte el ritmo y desafino (y desatino) en cada nueva estrofa... Lo que pudo haber sido la canción perfecta, a veces no pasó de categoría de Festival de la OTI...

Y hay que hacer del corazón tripas, corazón, sin desangrarse más de la cuenta, antes de llegar a destrozarnos del todo...

Te trajo el viento una noche sin luna y te di aire... volviste a coserte alas y a soñar con los ojos abiertos... Aprovéchalo... vuela alto, vívete, disfrútate... yo sigo con las manos vacías y una raíces en los pies que no me permiten coger tus mismos aviones...

Te quise tanto... te quiero taaanto, que es difícil respirar estas palabras, imaginar tu ausencia en mis días... porque ya no me imagio mi vida sin ti... porque era todo CONTIGO... porque iba a ser todo CONTIGO... pero la vida es así de caprichosa y de hija de puta... te pone la miel en los labios y luego te cubre de sal, que da más sed y resquema en los labios...

Pero antes de que llegue la próxima parada y abandone este tren para siempre, concédeme la última voluntad: convirtamos este vagón en una auténtica fiesta... vamos a festejarnos, a celebrarnos... saca las serpentinas y el confetti, porque este último instante compartido quiero que sea mágico, como aquella noche sin luna en la que te trajo el viento a mis brazos... Este momento tiene que convertirse en algo que quede tatuado en la piel para recordar siempre con una sonrisa en los labios... el lado dulce de lo que pudo haber sido y no fue... quiero llevarme tu esencia en los bolsillos de mi pantalón...

Y abrázame... abrázame fuerte... todo lo fuerte que puedas... Dame el calor suficiente para no morirme de frío ahí fuera, a la intemperie...

No sabes cuánto te he querido... no te imaginas lo que te quiero... pero tú aún estás a tiempo de salvarte... Vuela alto... muy alto... y, sobre todo, sé feliz... todo lo feliz que me hubiera gustado que fueras conmigo...

Se acerca la parada... debo bajarme ya... me tiemblan las piernas y no encuentro las palabras precisas que quiero decirte... mis últimas palabras, ardua tarea...

No me olvides nunca... recuerda siempre que antes de rendirnos fuímos eternos... y grandes, muy grandes... GIGANTES... y muy valientes...

Te quise cuanto supe... te quiero como sé... te quiero, te quiero, te quiero...

Se abre la puerta, pero no puedo bajarme... no quiero bajarme si no es para que me arrolle el tren...